Elena Defina
Hace 5 meses y 25 días que regresé a casa y solo ahora logró encontrar un poco de tiempo para determe de verdad y escribir estas palabras. Quizás sea mejor no contar la verdadera motivación por la cual logré tomarme esta pausa de mi frenética rutina semanal, creo que lo más importante es saber que necesitaba dedicar tiempo de verdad, lleno, vacío. Estaba segura que me perdería entre los recuerdos, viajando de una sonrisa regalada a una recibida, de una lágrima de miedo a una de verdadera felicidad, de un panorama cocretamente duro a uno puramente real.
Amigos, familiares, parientes y conocidos estaban todos emocionados por mi partida, muchos me definieron como valiente, loca, imprudente, pero si yo hubiera tenido que definirme, pienso que me hubiera dicho “finalmente en escucha de mí misma”. Algunos de mis amigos pensaron regalarme un pequeño cuaderno para recopilar mis pensamientos durante esta extraordinaria, aterradora, increíble, loca experiencia; pero finalmente me fui con el cuaderno que ya había comprado en mi maleta, abandonando a regañadientes los otros ocho en casa para hacer lugar a colores, rompecabezas, calculadoras, tabletas y ayudas varias.
Me dejaré ayudar por alguno de mis pensamientos en el campo para contar lo que fue para mí esta experiencia.
16 de agosto 2022 hora 8:37 (BOL)
[...] Mi viaje está marcada por tres canciones: la primera es una oración “Quédate junto a mí”, la segunda es un regalo para Felipe “Fotografía” y la tercera es un grito de batalla que me recuerda que este viaje hace parte de mí desde siempre “Enviarme en mi camino”. […]
Una oración para afrontar el miedo, una promesa para mantener vivo el amor y mi más grande fuente de felicidad donde sea que esté y una voz guía para recordarme quién soy.
Mientras que desde el inicio pude sentir la acogida en Cochabamba, para poder entrar en la realidad que escogí como mi destino tuve que esperar un día más, no obstante la vergüenza por mis escazos dotes lingüísticos, en serio estaba emocionada.
17 de agosto 2022 hora 17:13(BOL)
No sé qué decir para describir la Casa de los Niños, no soy capaz de resumirla de alguna manera. […] Sin embargo, hay algo importante para decir, ¡es una realidad que vive de sueños, de grandes sueños!
Un mes y medio puede parecer un tiempo bastante limitado y/o limitante, pero puedo asegurar que no es así. Tienes todo el tiempo del mundo para empezarte a sentir como en casa en un puesto nuevo, para aprender a querer a las personas que son tu familia allí, para viajar, ver y vivir lugares, comidas, aromas y experiencias maravillosas, para aprender (casi por completo) un nuevo idioma, para comenzar a compartir alegrías, tristezas y miedos cotidianos con las personas del lugar, para aferrarte a cada uno de ellos (sobretodo a algún pequeñín) y crear lazos fuertes, para hacer realidad tus sueños, para ponerte completamente en discusión, para perderte en el miedo de no saber cuál es tu lugar en el mundo, para reencontrarte en la certeza de tu elección, para redescubrirte crecido desde todos los puntos de vista y cambiado en lo más profundo.
14 de septiembre 2022 Hora 16:41 (BOL)
En estos días he hecho muchas cosas que antes pensaba no iba a lograr hacer: viajé por América Latina, fui a la Amazonía, vislumbré un poco a Perú (mi más grande sueño), me subí por primera vez en moto, me bañé en una cascada, comí una larva, dormí bajo un mosquitero, vi una tarántula que se paseaba tranquila por la estación de servicio, di un curso completamente en español para personas con mucha más experiencia que yo, me subí a un avión con solo tres filas de asientos, vi la Cruz del Sur, atravesé una cueva aterradora, admiré la Cordillera de los Andes y pisé un país Inca.
Es muy difícil, es más, diría, imposible, describir con palabras lo profundo que esta experiencia es parte de mí, sin embargo, quienes me conocían antes de mi viaje, estos famosos amigos “de los cuadernitos”, ellos que pueden hacer una comparación, cada tanto me miran sorprendidos de lo mucho que he cambiado ahora.
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