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Otra vez siendo una voluntaria milONGa

Alejandra Zambrano, México.

Colombia belleza!!!


Este 2024 quise volver a hacer una experiencia de voluntariado con milONGa. Este año escogí otro destino: Colombia, específicamente la Escuela Sol Naciente, ubicada en el municipio Tocancipá, muy cerca de Bogotá.


El período anterior al viaje fue un poco difícil porque las cosas no salían como las tenía planeadas. Tuve que hacer muchos ajustes por cuestiones de trabajo. Incluso llegué a pensar en postergarlo; sin embargo, quien iba a ser mi tutora en Colombia, Maru, y Janeth me dijeron que no tenía que preocuparme, que todo iba a estar bien, pues en Colombia iba a tener lo necesario, por lo que decidí ir, aunque fuese solo un mes. Yo ya tenía confianza en el voluntariado porque era la segunda vez que lo hacía y tenía un poco más de noción de cómo serían las cosas.

Al inicio tenía un poco de  estrés por no haber logrado ahorrar lo suficiente, pero gracias a Dios no me faltó nada. Cuando llegué me recibieron Angelina y Lorenza, yo sabía que iban a llegar otras dos voluntarias a Colombia, pero no que iban a estar en el mismo período que yo. Fue muy afortunado porque pude compartir esta experiencia con ellas. Confiaba en que me iba a encontrar con buenas personas, con una familia extendida. 


Cuando llegué, me sorprendieron las diferencias. Como soy mexicana y Colombia queda cerca, no tenía noción de que las cosas iban a ser tan diferentes. Es bello conocer a personas de otros países, te enriquece mucho, pero también tiene su parte de desafío; esto también respecto a la convivencia con mis compañeras. En Colombia, estas diferencias se notaban hasta en el acento. Es un país muy bello y diverso, y aunque no es un país tan grande, en cada zona las diferencias se notan hasta en su propia gente. Esto me sorprendió mucho, y como la Escuela Sol Naciente es grande, tuve la oportunidad de convivir con muchas personas. Me enteré de mucho: de su afición al fútbol, de su gusto por el baile, de sus comidas típicas y costumbres como tomar café y de la belleza natural que tienen. 


Fue muy lindo trabajar en Sol Naciente. Las personas son muy amables, aunque yo soy tímida, me sentí bien, si bien al principio me costó un poco, pero nunca me sentí sola, siempre me sentí acompañada y valorada, y eso hace que tus ganas de ayudar y participar crezcan. 


Con mis compañeras de voluntario también fue bonito. Tenía muchas ganas de conocer Colombia y fue agradable compartir con ellas porque también tenían muchas ganas de donarse.


A mí siempre me ha gustado convivir con personas de otros países, conocer y aprender sobre su cultura, pero esta vez me pareció más difícil. Venía de un momento de convencimiento personal, de ocuparme por trabajar por la paz y el mundo unido, pero ya ponerlo en práctica fue desafiante, notaba las diferencias en las cosas más insignificantes, y me sentí mal en ocasiones por no poder dar el paso. 


Sin embargo, lo más lindo de esta experiencia fueron las personas que conocí que se preocuparon porque conociera su tierra, porque me sintiera en casa. 


Una de mis experiencias más bonitas fue en la escuela. Estaba en un grupo de primaria en el que los niños se distinguían por ser más traviesos. Había sido el English day en la escuela y ese grupo había hecho una presentación de mi país México. Después del evento tenían un momento para compartir un refrigerio; estaban muy felices bailando, me sentí muy afortunada en ese momento de poder conocerlos y hablar con ellos, de tener la oportunidad de estar ahí. Esa sensación la tuve también con los niños de otros salones; sentí la intensidad de ese momento único e irrepetible  que no se repite con alguien. 


Por todo esto, represé a mi país agradecida con Dios porque además esta experiencia me ayudó mucho a nivel personal. Fue un período de mucha paz y tranquilidad y pude hacer una pausa en mi vida, la cual me permitió hacer un poco de introspección y me ayudó a reconocer cosas que tengo que cambiar para ser más amor para mí misma y para los demás. 


Me parece muy importante recordar que aunque es difícil salir de ti mismo este es el camino correcto, pues en el día me encuentro con personas que necesitan un poco de mí y tengo esa oportunidad para escuchar, ayudar y hacer algo por ellos. 


Me llevo las ganas de mejorar y seguir enfocándome en hacer algo por los demás. De poner en práctica este modo de amar, y así como yo he recibido mucho, poder ponerme al servicio y preocuparme por quien tengo a mi alrededor.


Con Isa y Sergio en el maratón de Bogotá

Cena de tostadas mexicanas

Con Lorenza y otras amigas en Sutamarchán

Re-agradecida!!!!

Aniversario de la Escuela Sol Naciente

Una cena de despedida para Lorenza

English day

De paseo con Analía y su familia en Paipa

Con Angelina en el lago Sochagota


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